CABELLERA DE BERENICE
CABELLERA DE BERENICE
Todo el tiempo me parece un sueño
que camina, sale de sus mares naturales
y entra en la vida causando asombro.
En tu sonrisa percibo el encanto que ejerces
y el desencanto tuyo, por ahí,
en una veta profunda;
Tú, tan concreta, tan evanescente,
(esas contradicciones)
es en el dolor donde mejor
te muestras. Te he visto sufrir,
Berence, ¡y de qué manera!,
pero has estado serena en esa oscuridad,
y es que tienes luz propia
y para ti no hay negro pozo.
He aquí mi utopía y mi trabajo:
llegar a tu centro.
Tengo el convencimiento de ser
quien más te conoce, pero ésta
es mi sabiduría verdadera:
permanezco en los umbrales
donde me encegueces, mas conservo
los otros sentidos muy atentos
a lo que acontece con tu figura,
gusto, tacto, oído, aguzados;
¡cómo hueles, Berenice,
tu olor jamás lo equivoco!,
ni tu voz suavísima,
ni la piel que te contiene
y es tu límite.
Este es mi gusto:
permanecer a tu lado,
definirme como un hombre
de tu bandería,
por eso llevo tu aura,
te tomo de la mano,
me anudo contigo,
viajo en tu cabellera
por los espacios siderales.